El aceite esencial de bergamota se extrae por expresión en frío de la cáscara de frutos maduros y verdes del naranjo de bergamota. Su aroma es cítrico con un toque dulce, ideal para crear una sensación de relajación, alegría y bienestar emocional. Se ha usado tradicionalmente para mejorar la función del hígado, el bazo y el sistema digestivo, así como en el tratamiento de infecciones del tracto urinario y problemas de la piel.

En aromaterapia, el aceite de bergamota es muy valorado por su capacidad para aliviar el estrés, la depresión, la tensión, la ansiedad y la falta de confianza. También se utiliza para tratar afecciones cutáneas como eccema, herpes labial, heridas, psoriasis e infecciones. Es beneficioso en casos de trastorno afectivo estacional (SAD), síndrome premenstrual, depresión postnatal y episodios de alimentación emocional. Puede aplicarse en masajes, baños o difusores, pero debe usarse con precaución en la piel expuesta al sol, ya que puede causar fotosensibilidad.

El nombre “bergamota” proviene de la ciudad de Bérgamo, en Italia, donde comenzó su comercialización en el siglo XVI. Desde entonces, se cultiva en climas mediterráneos como Italia y Grecia. Es un ingrediente clásico del té Earl Grey y se ha utilizado ampliamente en la perfumería y la medicina tradicional por sus propiedades digestivas, relajantes y revitalizantes. Hoy, su aceite esencial sigue siendo uno de los favoritos para quienes buscan equilibrio emocional y bienestar natural.