El aceite esencial de árbol de té proviene de las hojas del Melaleuca alternifolia, un árbol originario de la costa noreste de Nueva Gales del Sur, Australia. Su nombre proviene del uso tradicional de las hojas para preparar infusiones, aunque hoy en día es conocido por su potente aceite esencial. Este se obtiene por destilación al vapor y contiene compuestos llamados terpenoides, responsables de sus propiedades antisépticas y antifúngicas. Desde la década de 1920, su uso se ha extendido por Europa en productos de cuidado personal y medicamentos.

Tradicionalmente, los aborígenes australianos utilizaban las hojas del árbol del té para tratar heridas, infecciones, resfriados y dolores. Machacaban las hojas para liberar sus aceites y las aplicaban sobre la piel o las inhalaban para aliviar síntomas respiratorios. También hacían infusiones con las hojas para calmar dolores de garganta. Estos usos ancestrales sentaron las bases para el reconocimiento moderno de este aceite como un remedio natural con múltiples aplicaciones.

Actualmente, el aceite esencial de árbol de té se utiliza para aliviar problemas como el acné, infecciones fúngicas, caspa, pie de atleta, congestión nasal y dolores musculares. Se puede aplicar de forma tópica (siempre diluido) o agregar al agua del baño para ayudar a combatir bacterias. Sin embargo, no debe ingerirse y debe usarse con precaución, especialmente en niños, embarazadas, lactantes y mascotas.